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El evento pretende ocupar espacios públicos de la ciudad, distinto cada año, para cenar con otros ciudadanos y ciudadanas, la mayoría desconocidos entre ellos, comprometiéndose a respetar las normas de convivencia, no perturbar el normal funcionamiento de la circulación o el paso de los viandantes y sobre todo, dejar el lugar en las mismas condiciones que se encontró, sin basura… cuidando el entorno y sin romper el mobiliario urbano; además de no molestar a los vecinos que no participen en el evento.

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Pueden asistir las personas que reciben una invitación de los coordinadores de mesa o Anfitrión, quienes le solicitan que acudan al lugar de la convocatoria vestido de blanco. El punto de encuentro no es desvelado hasta veinte minutos antes del inicio de la cena; en ésta, la preparación y presentación de las mesas tiene una importancia destacada: cubertería, vajilla, mantel e incluso decoración.